Este año hemos cerrado la temporada con una boda otoñal.
El jardín estaba cubierto de hojas de fresno y el campo ofrecía toda una gama de colores verdes, marrones y amarillos.
Empezaban las migraciones de las aves y el pantano se llenó de ánades reales. Los novios eligieron el embarcadero como escenario para la ceremonia civil.
A petición de los novios se decoró la finca con piñas , hojas y frutos secos.
Y tuvieron la fantástica idea de cambiar los pétalos de rosas por hojas secas de fresno para que sus invitados se los lanzaran después de la ceremonia.
¡Cómo nos gusta el otoño!